Desde principios de año ha habido un murmullo de rumores acerca de las apuestas deportivas. Todos esperan frenéticamente la regulación de la actividad y la apertura del mercado regulado. Hay muchas noticias, diversos artículos e incluso declaraciones de autoridades públicas con información contradictoria o, en ocasiones, poco esclarecedora.
Aclaremos los hechos aquí y para todos en la misma sintonía. A diferencia de lo ocurrido en el gobierno anterior, la actual gestión está interesada en regular el sector lo antes posible. El Gobierno de Lula tiene claro que regular las apuestas deportivas representa la generación de ingresos para el Estado –ya sea por el precio de las autorizaciones que serán concedidas a los operadores, o por los impuestos– y la creación de empleos directos e indirectos. El equipo técnico ha estado trabajando intensamente para que la normativa cumpla con los mejores estándares internacionales, como es el caso de Reino Unido, Dinamarca, New Jersey y Ontario. Esto, sin embargo, no significa que la regulación, cuando llegue, llegará. Esto sucede por algunas razones. Incluso si desea lo mejor para la industria, se cometerán errores, eso es natural. No es porque algo funcione bien en una localidad, que funcionará bien en Brasil. Pero hay buena voluntad por parte del cuerpo técnico del Ministerio de Hacienda, y nadie que siga más de cerca su trabajo puede negarlo.
Otro punto, el lado técnico no siempre se observa y sufre restricciones por razones políticas. Ejemplificando lo que digo. La carga fiscal idónea para el sector (que recaerá sobre operadores y apostantes) no se debería conseguir en un principio. Es sabido entre las apuestas deportivas que una carga impositiva muy alta incentiva el indeseado mercado paralelo, sin embargo, una reducción de la tributación a un punto óptimo, dentro de los mejores niveles internacionales, en ese momento, debería generar ruido para el Gobierno. Esto se debe a que la reducción de la carga fiscal puede indicar erróneamente a algunos que el Estado está fomentando el juego, lo cual, anticipo, no es cierto. Una carga tributaria adecuada aumenta los ingresos del Estado en el mediano y largo plazo y, en consecuencia, los fondos destinados a acciones sociales, como salud y educación. Por otra parte, la búsqueda de una carga tributaria idónea (por debajo de los niveles que actualmente se barajan) no soluciona el problema inmediato de caja del Gobierno, que durante la campaña electoral marcó la realización de una serie de acciones sociales para las que no se tiene fuente. de financiación Sin fuente de financiamiento ningún gasto se detiene, ya sea por el lado racional o por la Ley de Lineamientos Presupuestarios (LDO), que responsabiliza a los administradores por gastar recursos que no tienen.
Vale recordar que la violación de la LDO fue precisamente una de las razones que llevaron al juicio político a la presidenta Dilma. En otras palabras, la presión política por la generación inmediata de caja debería generar distorsiones en las normas a aprobar, las cuales, necesariamente, en los próximos años deberán someterse a calibraciones. Otro punto importante es que el Ministro Haddad, en varias ocasiones, indicó que muy pronto se debe publicar una Medida Provisional que regulará el sector. De hecho, esta es la expectativa y el Gobierno está trabajando para ello. Lo que no se dice, sin embargo, es que esta Medida Provisional no permitirá la apertura del mercado regulado de manera inmediata. Aún estará pendiente la edición de las ordenanzas que detallarán la operación. Por lo tanto, la edición de la Medida Provisional no abrirá el mercado brasileño de manera inmediata, como erróneamente dejan entrever algunos discursos. Todavía queda por llegar un marco completo de reglas que detallan el lado operativo de la industria. También será necesario que el Ministerio de Hacienda, el organismo regulador, reclute y capacite personal. Es impensable plantearse la apertura del mercado sin contar con personal cualificado para comprobar si los operadores cumplen o no los requisitos legales, supervisar las operaciones, atender las dudas y solicitudes de los operadores y apostadores, etc. De todos modos, la regulación del sector de las apuestas deportivas en Brasil ha avanzado. ¿Podría ser antes? Sí, ciertamente podría. Pero el actual gobierno, al menos en este campo, viene jugando su papel. Simplemente no se puede crear la ilusión de que la apertura del mercado regulado es cuestión de días. Todavía tomará más tiempo.